El padrastro de mi esposa empezó a violarla cuando ella tenía 11 años. El abuso siguió durante años y, al crecer, a Debbie le aterraba constantemente que pudiera estar embarazada.
No tenía a nadie con quien hablar ni lugar al que acudir. El padrastro de Debbie solía amenazarla con matar a su hermano pequeño y a su madre si se lo contaba a alguien, de modo que, cuando el miedo de estar embarazada se hizo demasiado insoportable, le contó a su madre que había sido agredida en la escuela.
La madre de Debbie la llevó al médico, que dijo que, a juzgar por sus tejidos cicatrizados, mantenía relaciones sexuales y que debía de tener novio.
Era principios de la década de 1970. Un embarazo, y utilizo las palabras de Debbie, le habría arruinado la vida. Hoy tiene 60 años.