Cuando Brittney Griner está en la cancha de baloncesto, todos lo saben. Con una estatura de 2 metros y 6 centímetros, Griner es más alta que la mayoría de las jugadoras.
Atrapa rebotes por encima de los brazos extendidos de sus oponentes y sus compañeras de equipo saben bien cuál es la forma más segura de anotar: pasándole la pelota.
Desde que las Mercury de Phoenix la seleccionaron en el primer lugar del draft en 2013, Griner se ha convertido en una de las jugadoras más dominantes de la historia: siete veces convocada al Juego de las Estrellas, campeona de la WNBA y dos veces ganadora de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.
Pero en la actualidad, Griner, de 31 años, ha quedado enredada en una disyuntiva geopolítica. En lugar de estarse preparando para la temporada de la WNBA que comienza en menos de dos meses, se cree que está detenida en Rusia a causa de lo que funcionarios de aduanas describieron como cargos por drogas.