BOGOTÁ, Colombia — El tema era la Gala del Met… si en la Gala del Met hubiera vibradores y látigos. Una noche de viernes de octubre, cientos de asistentes se juntaron en un estudio de baile en un segundo piso cerca de la zona norte de Bogotá.
Iban adornados con flores, cadenas, corsés y frondosas pelucas; su maquillaje primorosamente pintado se iba corriendo mientras la noche avanzaba.
Quienes concursaban contendían por un gran premio y cuando llegó la hora de competir en la categoría de sirena sexi sacaron todo tipo de accesorios: paletas y botella de licor para seducir al juez mientras se iban sacando la ropa hasta casi quedar en desnudez.