Hacia el final de la Marcha del Orgullo por la Libertad de Riga-Kiev en Letonia, el 19 de junio, vi a un hombre musculoso con una cabeza de unicornio asomarse por la ventana de un segundo piso y saludar con efusividad a quienes desfilaban abajo.
En su camiseta amarilla y azul se leía la palabra “Kiev”. Los participantes de la marcha dirigían a la multitud de 5000 personas para que corearan “Haz el amor, no la guerra”, vinculando de manera ingeniosa el derecho al amor, en todas partes, con el derecho a la autodeterminación y la paz en Ucrania.
En respuesta al minotauro queer con los colores de Ucrania, la multitud estalló en gritos de “Slava Ukraini”, o “Gloria a Ucrania”.
Este año, por supuesto, no se pudieron realizar marchas del Orgullo en Ucrania. Por esta razón, el Orgullo Kiev, que ha organizado marchas en la capital ucraniana desde 2012, fue invitado a participar en una serie de eventos conjuntos por toda Europa del Este, como el de hace unas semanas en Riga.