El aumento del número de adolescentes que solicitan hormonas o intervenciones quirúrgicas para adecuar su cuerpo a su identidad de género ha suscitado un debate entre los médicos sobre cuándo se deben aplicar esos tratamientos.
El mes pasado, un grupo internacional de expertos en salud transgénero publicó un borrador de nuevas directrices, el estándar en este campo que informa lo que las aseguradoras rembolsarán por la atención médica.
Muchos médicos y activistas elogiaron el documento de 350 páginas, actualizado por primera vez en casi una década, por incluir a las personas transgénero en su redacción y eliminar las reglas que exigen a los adultos una evaluación psicológica antes de acceder a la terapia hormonal.
Sin embargo, las directrices adoptan una postura más cautelosa con respecto a los adolescentes. Un nuevo capítulo dedicado a los adolescentes señala que deben someterse a evaluaciones de salud mental y haber cuestionado su identidad de género durante “varios años” antes de recibir medicamentos o someterse a operaciones.