El Vaticano ha aprobado nuevas directrices para Italia, según las cuales no se puede rechazar a un aspirante al seminario por el mero hecho de ser homosexual, siempre que permanezca célibe.
Las directrices dicen que los directores de los seminarios deben considerar la orientación sexual solo como un aspecto de la personalidad del candidato.
Los lineamientos no modifican la doctrina de la Iglesia católica de que las “tendencias homosexuales” son “intrínsecamente desordenadas” y de que los hombres con tendencias homosexuales “profundamente arraigadas” no deben ser sacerdotes.
Pero aclaran que si un candidato mantiene su castidad, la orientación sexual no debería descalificarlo para acceder al sacerdocio.