Del cielo de la discoteca cuelgan unas flores ampulosas, de colores y formas extravagantes. La pista en penumbras simula por momentos una jungla de plantas exóticas y mariposas.
Unas flores sembradas en el escenario engalanan el nacimiento de la música, que la DJNina Flowers engendra desde su mesa de mezclas.
Flowers sabe perfectamente qué sonidos combinar para que la audiencia entre en éxtasis, una sensación que le rebota al instante y le hace levantar los brazos al compás del beat metálico, más intenso a cada segundo.
Cuando la música llega al clímax, las luces estallan como relámpagos y descubro a Flowers con una mano en sus audífonos, y con la otra dirigiendo a su antojo la atmósfera electrizante en The Manors, una de las discotecas