Estos días, en Roma hay una variopinta concurrencia de católicos. Una mujer excomulgada vestida con el atuendo rojo de los obispos avanza hacia el Vaticano detrás de una procesión de mujeres aspirantes a sacerdotisas.
Guerreros culturales conservadores se presentan en teatros con diatribas extensas contra el papa Francisco ante un público conformado por cardenales marginados y exorcistas sentados en butacas de terciopelo.
La lideresa defensora del derecho al aborto de Catholics for Choice toca las puertas del Vaticano. Una reunión de progresistas esta semana incluye paneles con títulos como “Patriarcado, ¿dónde comenzó todo?”.
Todos han llegado a la capital italiana con la esperanza de ser el centro de atención junto con una asamblea de gran importancia de más de 400 obispos y católicos laicos, convocados por el papa Francisco para hablar de temas vitales para el futuro de la Iglesia como la ordenación de diaconisas, el celibato del clero, la bendición de las parejas homosexuales, entre otros.