[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora] Las burlas y amenazas iban en aumento mientras los rumores sobre la orientación sexual de Jacob Reitan circulaban por su escuela del sur de Minnesota durante su último año de secundaria en 1999.
Alguien escribió un insulto con tiza, en letras gigantes, en la entrada de su casa. Su madre recuerda horrorizada el correo anónimo que llegó a su hogar con un mensaje que decía que su hijo gay estaría mejor muerto.
Cuando el adolescente encontró la ventanilla de su auto destrozada en el estacionamiento de la secundaria Mankato West, este comunicó a las autoridades escolares su intención de salir del clóset y solicitó su apoyo para fundar un club de alianza entre personas gay y heterosexuales.
A la hora de elegir a un asesor docente para el club, inexistente en esta escuela ubicada en una ciudad relativamente conservadora, el director tomó una decisión poco convencional: Tim Walz, un profesor de geografía que también era entrenador de fútbol americano.