En marzo de 2021, mientras católicos de la comunidad LGBTQ lidiaban con el hecho de que había un documento aprobado por el papa Francisco en el que el Vaticano se pronunciaba en contra de la bendición de uniones de personas del mismo sexo, uno de sus confidentes, que es gay, cuenta que hablaron por teléfono.
Juan Carlos Cruz, sobreviviente de abuso sexual infantil que se hizo amigo del papa a lo largo de años de conversaciones, dijo que Francisco, quien en ese entonces acababa de regresar de Irak, le dio a entender que la “maquinaria” del Vaticano se le había adelantado al pronunciamiento en el que se decía que Dios “no puede bendecir el pecado”.
Pero Cruz afirmó que Francisco había reconocido que la responsabilidad era suya, y le dio la impresión de que quería cambiarlo.
En opinión de Cruz, quien visitó a Francisco por su cumpleaños número 87 el fin de semana, y la de muchos católicos de la comunidad LGBTQ, eso fue justo lo que hizo Francisco esta semana.